miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA VIDA DE LOS VALORES= EL RESPETO

 LA VIDA DE LOS VALORES : EL RESPETO



La palabra respeto está de moda. La escuchamos en el mercado, en los discursos, en las convocatorias, en las iglesias, en todas partes. Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros.

Pero, ¿cómo reaccionamos cuando alguien nos afecta a nosotros di rectamente? ¿Dónde quedan la tolerancia y el respeto cuando el carro de adelante no arranca inmediata mente después de que ha cambiado el semáforo? ¿O cuando aquel que desesperado porque está en una emergencia, nos corta el paso en el tráfico?
O para ser más realistas cuando nuestra hija decide salir con alguien que no nos gusta. Yo pienso que en realidad el respeto del que tanto se habla funciona, siempre y cuando no se metan di rectamente con nuestros intereses. Es una especie de pacto: si tú no te metes con conmigo, yo no me meto contigo. 
 Pero hay algo más completo que la tolerancia, el respeto es más rico y completo en su significado, implica entendimiento, comprensión y una gran porción de amor.
El respeto exige la comprensión del otro. Ponerse en sus zapatos, implica tratar de comprender su posición. No basta solamente con no agredirlo o ignorarlo, implica escucharlo con atención y sin el ánimo de cuestionar sus ideas y abiertos inclusive a aceptar la posibilidad de replantear las nuestras.

El respeto hace una diferenciación total entre la persona y lo que ésta piense o diga en un momento dado. Nos lleva a aceptar nuestras diferencias personales, recordando que cada uno de nosotros tiene derecho a ser quien es.

Debemos recordar que cada ser es único y esta hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto merece nuestro respeto y consideración.

Podemos fortalecer el respeto
Aprende a escuchar.
Miremos con respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino detengámonos unos segundos para saludarlas, miremoslas  a los ojos y deseémosle un buen día, o simplemente démosle las gracias con sentimiento.
Tomemos la decisión de aprender.
El que cree que ya lo sabe todo está estancado. El mundo cambia continuamente y nosotros con él, y cada persona o situación que se presentan en nuestra vida son oportunidades para aprender y crecer. 


 Colócate en los zapatos del otro.
Nadie hace cosas por fastidiar al otro; tú no sabes la situación difícil que otros pueden estar viviendo. De vez en cuando es necesario que trates de pensar y sentir como lo está haciendo la otra persona; es decir, desde su punto de vista. Extender nuestra comprensión hacia los demás, implica volvernos más compasivos.
No seas intransigente.
Que alguien tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión.
Nadie es más ni menos que tú.
Sólo somos diferentes en lo personal. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con ligereza.
Enseña a tus hijos con el ejemplo.
Recuerda que es durante nuestra primera infancia, cuando comenzamos a incorporar los valores esenciales. En el proceso de enseñar a tu hijo como vivir, tu ejemplo es determinante. Eres tú quien enseña a tus hijos a través del respeto hacia ellos, de qué manera ellos te respetarán a ti y a otros. La próxima vez que vayas a entrar a su cuarto, toca la puerta antes de hacerlo; de esa manera, él tocará a tu puerta antes de entrar.
Cuando vivimos con respeto hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo, y cuando nos volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.








El respeto es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidadrespeto mutuoreconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otra persona en una reunión.


Principio de respeto o autonomía de las personas
Este principio se basa en dos teorías ético-morales



La palabra respeto está de moda. La escuchamos en el mercado, en los discursos, en las convocatorias, en las iglesias, en todas partes. Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros. Pero, ¿cómo reaccionamos cuando alguien nos afecta a nosotros di rectamente? ¿Dónde quedan la tolerancia y el respeto cuando el carro de adelante no arranca inmediata mente después de que ha cambiado el semáforo? ¿O cuando aquel que desesperado porque está en una emergencia, nos corta el paso en el tráfico?O para ser más realistas cuando nuestra hija decide salir con alguien que no nos gusta. Yo pienso que en realidad el respeto del que tanto se habla funciona, siempre y cuando no se metan di rectamente con nuestros intereses. Es una especie de pacto: si tú no te metes conmigo, yo no me meto contigo.  Pero hay algo más completo que la tolerancia, el respeto es más rico y completo en su significado, implica entendimiento, comprensión y una gran porción de amor.El respeto exige la comprensión del otro. Ponerse en sus zapatos, implica tratar de comprender su posición. No basta solamente con no agredirlo o ignorarlo, implica escucharlo con atención y sin el ánimo de cuestionar sus ideas y abiertos inclusive a aceptar la posibilidad de replantear las nuestras El respeto hace una diferenciación total entre la persona y lo que ésta piense o diga en un momento dado. Nos lleva a aceptar nuestras diferencias personales, recordando que cada uno de nosotros tiene derecho a ser quien es.  Debemos recordar que cada ser es único y esta hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto merece nuestro respeto y consideración.Podemos fortalecer el respetoAprende a escuchar.Miremos con respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino detengámonos unos segundos para saludarlas, miremoslas  a los ojos y deseémosle un buen día, o simplemente démosle las gracias con sentimiento.






El respeto es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidadrespeto mutuoreconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otra persona en una reunión.


Principio de respeto o autonomía de las personas
Este principio se basa en dos teorías ético-morales



La palabra respeto está de moda. La escuchamos en el mercado, en los discursos, en las convocatorias, en las iglesias, en todas partes. Todos hablamos de tolerancia y respeto, queremos sentirnos personas cultas y educadas, que no reaccionamos con violencia ni grosería cuando alguien piensa o actúa de manera distinta a nosotros. Pero, ¿cómo reaccionamos cuando alguien nos afecta a nosotros di rectamente? ¿Dónde quedan la tolerancia y el respeto cuando el carro de adelante no arranca inmediata mente después de que ha cambiado el semáforo? ¿O cuando aquel que desesperado porque está en una emergencia, nos corta el paso en el tráfico?O para ser más realistas cuando nuestra hija decide salir con alguien que no nos gusta. Yo pienso que en realidad el respeto del que tanto se habla funciona, siempre y cuando no se metan di rectamente con nuestros intereses. Es una especie de pacto: si tú no te metes conmigo, yo no me meto contigo.  Pero hay algo más completo que la tolerancia, el respeto es más rico y completo en su significado, implica entendimiento, comprensión y una gran porción de amor.El respeto exige la comprensión del otro. Ponerse en sus zapatos, implica tratar de comprender su posición. No basta solamente con no agredirlo o ignorarlo, implica escucharlo con atención y sin el ánimo de cuestionar sus ideas y abiertos inclusive a aceptar la posibilidad de replantear las nuestras 
El respeto hace una diferenciación total entre la persona y lo que ésta piense o diga en un momento dado. Nos lleva a aceptar nuestras diferencias personales, recordando que cada uno de nosotros tiene derecho a ser quien es.  Debemos recordar que cada ser es único y esta hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto merece nuestro respeto y consideración.Podemos fortalecer el respetoAprende a escuchar.Miremos con respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino detengámonos unos segundos para saludarlas, miremoslas  a los ojos y deseémosle un buen día, o simplemente démosle las gracias con sentimiento.


Tomemos la decisión de aprender.El que cree que ya lo sabe todo está estancado. El mundo cambia continuamente y nosotros con él, y cada persona o situación que se presentan en nuestra vida son oportunidades para aprender y crecer. 

Colócate en los zapatos del otro.Nadie hace cosas por fastidiar al otro; tú no sabes la situación difícil que otros pueden estar viviendo. De vez en cuando es necesario que trates de pensar y sentir como lo está haciendo la otra persona; es decir, desde su punto de vista. Extender nuestra comprensión hacia los demás, implica volvernos más compasivos.


No seas intransigente.Que alguien tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión. 


Nadie es más ni menos que tú.Sólo somos diferentes en lo personal. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con ligereza.Enseña a tus hijos con el ejemplo.Recuerda que es durante nuestra primera infancia, cuando comenzamos a incorporar los valores esenciales. En el proceso de enseñar a tu hijo como vivir, tu ejemplo es determinante. Eres tú quien enseña a tus hijos a través del respeto hacia ellos, de qué manera ellos te respetarán a ti y a otros. La próxima vez que vayas a entrar a su cuarto, toca la puerta antes de hacerlo; de esa manera, él tocará a tu puerta antes de entrar.Cuando vivimos con respeto hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo, y cuando nos volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.

Este principio se basa en dos teorías ético-morales
  1. El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.
  1. Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.
Este principio de autonomía sirvió como base de la bioética desde los aspectos sociopolíticos, legales y morales aunque no para garantizar el respeto de las personas en las transacciones médicas.El respeto como virtud moralEl respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.
  1. Por defecto: el miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.
  1. Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario